El Trabajo Decente, promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde 1999, representa la aspiración universal de que toda persona acceda a un empleo digno, productivo y con derechos.
Según la OIT, este concepto sintetiza las metas esenciales de la vida laboral: empleo con oportunidades, ingresos justos, seguridad, protección social, desarrollo personal y participación en las decisiones que afectan el trabajo y la vida cotidiana.
Cada 7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, una fecha que recuerda la necesidad de situar el empleo digno en el centro de las políticas públicas y empresariales, promoviendo sociedades más justas, inclusivas y sostenibles.
“El enfoque de la OIT para hacer avanzar la justicia social y promover el trabajo decente se basa en el tripartismo y el diálogo social. Reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de sus 187 Estados Miembros, para abordar los retos del mundo del trabajo, establecer y supervisar las normas internacionales del trabajo y colabora con socios de la cooperación al desarrollo en proyectos y programas para ayudar a hacer realidad el Programa de Trabajo Decente.”
— Organización Internacional del Trabajo (OIT)
🌎 Declaración de Punta Cana 2025: Un Llamado Global al Trabajo con Dignidad
Durante la Vigésima Reunión Americana de la OIT, celebrada en Punta Cana, República Dominicana, los ministros de Trabajo y representantes sindicales de la región aprobaron la Declaración de Punta Cana (2025), centrada en fortalecer el vínculo entre crecimiento económico, empleo y derechos laborales.
Esta declaración reafirma que:
- No basta con crear empleos; deben ser empleos dignos, con derechos, seguridad y condiciones de inclusión.
- Es esencial garantizar la libertad sindical, el derecho a la negociación colectiva, y la eliminación del trabajo forzoso e infantil, además de erradicar toda forma de discriminación laboral.
- La aplicación efectiva de las Normas Internacionales del Trabajo es indispensable para construir sociedades más justas y sostenibles.
Este compromiso internacional refuerza la lucha del movimiento sindical venezolano por un modelo laboral centrado en las personas, donde el trabajo vuelva a ser sinónimo de dignidad, justicia y desarrollo nacional.
El “trabajo” comprende todas las actividades humanas —remuneradas o no— que contribuyen al bienestar individual y colectivo, mientras que el “empleo” se refiere a la labor remunerada.
Por tanto, el trabajo decente trasciende el empleo: implica dignidad, derechos, equidad y justicia social.
⚖ Los Cuatro Pilares del Trabajo Decente
1. Derechos en el trabajo
Garantizar el respeto a los principios fundamentales: libertad sindical, negociación colectiva, eliminación del trabajo forzoso, erradicación del trabajo infantil y no discriminación en el empleo.
Estos derechos constituyen la base ética y jurídica del mundo laboral.
2. Oportunidades de empleo
Todo trabajador debe tener acceso a empleos productivos y estables, con condiciones justas y oportunidades de desarrollo personal y profesional.
3. Protección social
Comprende el acceso a seguridad social, atención sanitaria, pensiones dignas, estabilidad laboral y protección frente a accidentes o despidos injustificados.
4. Diálogo social y tripartismo
Supone la participación activa de trabajadores, empleadores y Estado en la construcción de políticas laborales.
Sin diálogo social, no hay democracia laboral ni desarrollo sostenible.
Estos cuatro ejes están interconectados y orientados a promover la justicia social, la igualdad de oportunidades y el desarrollo humano integral.
🇻🇪 Trabajo Decente en Venezuela: Un Desafío Urgente
En el contexto venezolano, el concepto de trabajo decente adquiere un valor reivindicativo y urgente ante el deterioro de las condiciones laborales y del poder adquisitivo.
1. Desafíos actuales
- Salarios insuficientes: Los ingresos de la mayoría de los trabajadores —especialmente en el sector público y educativo— están muy por debajo del costo de la canasta básica, violando el principio del salario justo.
- Déficit de protección social: La pérdida del valor real de las pensiones, la precariedad del sistema de salud y el incumplimiento de beneficios contractuales afectan gravemente la calidad de vida.
- Desigualdad y discriminación: Persisten brechas de género, exclusión política y falta de acceso equitativo al empleo.
- Debilitamiento del diálogo social: La restricción de la negociación colectiva y de la libertad sindical limita la defensa efectiva de los derechos laborales.
2. Exigencias del movimiento sindical venezolano
Ante esta realidad, el movimiento sindical venezolano exige:
- Reivindicación salarial inmediata, que garantice una vida digna.
- Respeto a la contratación colectiva y a la libertad sindical.
- Restablecimiento del diálogo social tripartito entre Estado, empleadores y trabajadores.
- Fortalecimiento de la seguridad social y las prestaciones laborales.
- Participación activa del magisterio en las políticas educativas y laborales.
3. Rol Gremial y Sindical de la FVM
La Federación Venezolana de Maestros (FVM), como actor sindical y social, desempeña un papel clave en la promoción del trabajo decente dentro del sector educativo. Su labor incluye:
- Exigir salario justo, suficiente y digno.
- Denunciar las condiciones de precarización laboral del docente.
- Exigir el cumplimiento de los convenios internacionales de la OIT ratificados por Venezuela.
- Promover la formación sindical para el conocimiento y defensa de los derechos laborales.
- Fomentar la solidaridad, la organización y el diálogo social como vías para reconstruir la institucionalidad laboral del país.
✊ Trabajo Decente: Un Compromiso Ético y Nacional
El trabajo decente no es solo un objetivo técnico de política pública: es una aspiración moral y humana.
Representa la posibilidad de recuperar la dignidad del trabajador, el valor del esfuerzo y la justicia social, especialmente en contextos donde los trabajadores enfrentan adversidades.
Reivindicar el trabajo decente hoy significa defender el derecho a vivir del propio esfuerzo, sin pobreza, sin miedo y con esperanza.
Es, en definitiva, una tarea colectiva y un compromiso ético con la reconstrucción nacional.
