Por Luis David Vásquez @vasquezluisda – Octubre 5, 2022
Tomado de Descifrado
Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), recordó que el gremio educativo no gana salario mínimo sino que tienen ingresos adicionales por horas laborales, pero ante la creciente inflación sus ingresos mermaron.
En entrevista al programa 2+2 de Unión Radio, agregó que el ministerio de Planificación y Presupuesto afectó el poder adquisitivo de los trabajadores del sector educativo al recortar las primas y los bonos a los trabajadores públicos.
Explicó que la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) actúo bajo las directrices de los ministerios de Planificación y Presupuesto y el de Finanzas para modificar a la baja el salario integral que incluye bonos y primas. “Un docente que en abril cobraba $62 hoy está ganando $32”.
Subrayó que la falta de seguridad social es algo que también afecta a los docentes. “Han deteriorado el Instituto de Previsión Social que daba facilidades de créditos para casas, turismo, adquisiciones de otros bienes, eso no existe ahora, el seguro HCM tampoco existe”.
“El trabajador se encuentra en estos momentos sin ninguna protección social”, aseveró.
Alzuru agregó que la brecha entre lo que gana un maestro en un colegio privado frente al que lo hace en una escuela pública. “Algunos colegios ya pagan en dólares a sus docentes y tienen algunas bonificaciones que no las tenemos nosotros”.
Puntualizó que hay más de 29 mil centros educativos en el país cuya situación ya era precaria antes de la pandemia. “Los gremios pedimos que no se paralicen las reparaciones en las escuelas y que sigan de manera permanente”.
Por su parte, Eduardo Cantera, director del Centro de Innovación Educativa adscrito a la Universidad Católica Andrés Bello -UCAB-, afirmó que la pandemia puso de manifiesto la gran brecha de desigualdad entre los alumnos de la educación privada y la pública. “No teníamos la capacidad porque había que cubrir las deficiencias más elementales”.
“Muchos muchachos iban al colegio porque se les daba alimentación, porque se les cubría una serie de aspectos socio-psicológicos (…) Ahora han tenido que dedicarse a trabajar y colaborar en la economía familiar, por ese lado la brecha se ha abierto mucho más”, apuntó.